Fundación
Orquesta Sinfónica Chamartín
Corría el año 1993, cuando, un jueves 29 de septiembre, se ponía en marcha el ilusionante proyecto de Javier Ollero. Enamorado de la música, de profesión pescadero, había conseguido que el Mercado Chamartin tuviera una Orquesta. Al frente, un joven Pascual Osa, estudiante y alumno de Aldo Ceccato, por entonces Director de la Orquesta Nacional de España. Detrás los comerciantes del Mercado, sorprendidos; …¡vaya lío! Ese día yo estaba en el Salón de Actos del C.C. Nicolás Salmeron “perdido” desplegando un atril de “esos” (máquinas maléficas que pellizcan las manos), e intentaba seguir las instrucciones de un avezado Javier que iba indicando “aquí los violines primeros, allí, los segundos, las violas más allá,…” exclamaba yo: “Javier, ¿Violas?,…»
Por aquél entonces nadie éramos conscientes de la transcendencia que tendría para todos nosotros aquel día. Mi padre y abuelo fueron panaderos, y teníamos en el Mercado, desde su inauguración, una pequeña panadería (hoy el Rincón de la FOSC). Mi padre me inculcó el cariño por el comercio, el de todos los días, y por aquel entonces estaba colaborando con el Mercado, y lo hacía como Secretario de la Asociación de Comerciantes.
«De la Orquesta de Cámara a la Fundación»
¿Quién me lo iba a decir?
Desde entonces OSC y yo hemos ido dando pasos hacia delante: Del “Salmerón» nos fuimos al “Maravillas”; del “Maravillas” al “Auditorio Nacional”,.. a “Celeste”, nuestra sede propia. Por el medio, nuestros amigos checos de la CVUT, ellos aquí, nosotros allí, una, dos, tres,…veces, la Capilla de Belén, Rudolfinum, Obecní Dum,… Al fin Checos. Al igual que Javier y los comerciantes fueron los creadores de “la Chamartin”, Andrés Pereira, Ivo Kraupner, Jan Švarc, fueron los impulsores de “la otra Chamartin: la Cz”. Un pueblo llamado Vracov, en Moravia, nos abrió sus puertas con su cariño a través de Pavel Petrzela y su Grupo “Marinka”. Allí se construyó un edificio y se creó la Fundación Checa.
Han pasado más de veinte años. Actuaciones internacionales de éxito. Reconocimiento del Ayuntamiento de Madrid, del Gobierno Checo -con la Medalla de Exteriores-, invitaciones a Festivales Internacionales,… De todo ello, lo más valioso, nuestro amor por la Música. Somos un Patronato que está representado por la Familia Moreno Jaureguízar; de un lado, asesorados por personas amigas, y del otro, aquéllos músicos que representan en cada momento el empuje de nuestras agrupaciones. Hemos sido capaces de difundir la afición por la música. Del lado de los músicos, permitiéndoles la práctica avanzada con Temporadas estables en el Auditorio Nacional; del lado del público, haciéndoles disfrutar de nuestras grandes noches a precios asequibles; del lado de niños y jóvenes desarrollando un Proyecto único de Talleres Musicales de la mano del Ayuntamiento y creando agrupaciones musicales amateur de nivel elevado tal que el Orfeón, la Orquesta Filarmónica Mundo Joven y la Celeste21, el apoyo a otras agrupaciones, el Festival de Danzas, el Festival de Pop-Rock,…
Durante todos estos años me he repetido siempre la misma frase: “No queremos subvenciones fáciles, danos tu ayuda y comprensión”. Sólo queremos hacer y que nos dejen hacer.
Hoy podemos decir no sin cierto orgullo que son miles las personas que conocen nuestro proyecto en España y en Europa. Somos una Fundación de condición Hispanocheca. ¿A qué viene todo esto? Pues bien, acudo preocupado a las actividades de la Fundación, un día en la OFMJ, otro en la Celeste21, saludo a los del Orfeón, paso por los talleres, hablo con nuestros músicos que colaboran en la OSC. ¿Qué saben de nosotros? Saben muy poco o nada. Viendo los grupos aislados, -los del “Orfeón”, los de “Pablo”, los de “Sergio”, … incluso en los Talleres piensan que somos “una academia”. Muy lejos de nuestros deseos.